La tomo
la pinto
la esculpo
la persigo entre la fruta
escabulle
en el canasto de naranjas
escurridiza
la diviso en el congelador
en el espacio de las verduras
la sorprendo en las cebollas
y no la lloro
la degusto
Alucinada
hasta la sinrazón
me pierdo
en caminos poblados de hormigas
la greda asume la miel de la palabra
La busco
en el cuchicheo de la lluvia
sin lagartija en la memoria
la sueño
atrapada en una roca
la imagino
armando imágenes
en el agua
junto a las algas
la palabra
reaparece
en una metáfora
enredada
en a negra cabellera de mis hijas
a veces
la recojo de la basura
la limpio de las moscas
la pongo en un madero
lejos de los hongos
la traslado
a mi máquina de escribir
Gloria Mendoza nació en 1948, en Sollata, Puno. Geográficamente muy cercana a la poesía del grupo Orkopata y a Oquendo de Amat, Mendoza ha desarrollado su carrera sobre todo desde Arequipa. La obra de Mendoza está incluida en varias antologías de poesía peruana. Algunos de sus poemarios más reconocidos son: “Wilayar” (1971), “Los grillos tomaron tu cumbre” (1972), “El legendario lobo” (1997), “Q’antari deshojando margaritas” (2006), “No digas que no se atrapar el viento” (2011). Su poesía está surcada por el paisaje y atmósfera andinas, por su candor y contradicción.